Diana ZUE: energía ancestral y felina
Diana Arias ‘ZUE’ reside en México desde 2019, donde cursó estudios de maestría en diseño y comunicación visual y entorno. Con una gráfica cercana a la ilustración, propone escenas fantasiosas, místicas, con animales, mujeres, y algunos elementos prehispánicos. Sus murales están en Colombia, Perú y México.

¿Desde cuándo resides en Ciudad de México? ¿Hay algo que te inspiró a quedarte aquí?
Estoy residiendo en México desde 2019, al principio vine motivada por la cultura y después me quedé aquí para hacer mis estudios de maestría en diseño y comunicación visual y entorno.
¿Cómo fue tu comienzo haciendo arte en las calles, qué te motivó?
Caminando por la ciudad, me inspiró ver todas las intervenciones gráficas que se estaban gestando sobre los muros, al ver el trabajo de artistas como Pulpa, Bastardilla y en especial de Ródez: su universo de seres mágicos me atrapó; En ese entonces yo me encontraba en la carrera de diseño gráfico y junto con unos amigos comenzamos a salir a pintar.
Mucho de tu trabajo tiene un visual de ilustración, también hay presencia del cuerpo femenino, de rostros de rasgos suaves, y a menudo aparecen gatos y conejos, ¿me puedes hablar de tu preferencia por estos elementos y la estética que usas?
Mis referencias giran en torno a la estética de las culturas prehispánicas que se pueden encontrar en la orfebrería, la cerámica y los relatos míticos; Estos aspectos los interpreto a través de formas simbólicas y metafóricas que se reflejan en la creación de mis personajes que presentan atributos femeninos y animales, en especial una visión felina que evoca a la ancestralidad y lo salvaje del alma humana. La magia, los sueños y la fantasía desde la mirada de los niños son cualidades importantes para recrear la atmósfera de mi trabajo.

¿Qué ventajas encuentras de pintar en espacios públicos?
Trabajar en espacios públicos me ha permitido establecer interacciones más vívidas con los habitantes, el espacio y mis ilustraciones. Entender la pintura desde la composición del espacio y que cada espacio o lugar tiene su historia y sus relatos.
Cuando me encuentro pintando en la calle las personas se acercan y me cuentan historias, muestran su punto de vista que consecuentemente nutren mi trabajo.
Me ha permitido ser más observadora del entorno y por consecuencia, me ha llevado a vivir experiencias únicas de contemplación.
Pintar en estos espacios me han dado un poder de transformar el entorno visual y vivencial, y a la vez, expresar mi imaginario personal.
Y no menos importante, me ha brindado amigos.
¿Qué deseas inspirar en la gente que encuentra tu arte?
Cuando intervengo un espacio busco que mi propuesta sea capaz de establecer un diálogo con las personas, es decir que tenga un sentido en su contexto para quien lo ve. Creo que es una invitación de interpretación abierta planteada desde mi imaginario personal y con las que algunas personas se sentirán identificadas de diversas formas.
Me interesa plasmar elementos y símbolos ancestrales de las culturas prehispánicas en los espacios urbanos como una propuesta de memoria de origen. Igualmente trato de mantener un lenguaje visual desde la fantasía que sea comprensible para los niños en una ciudad que es hecha para adultos, como una forma de inclusión en la construcción de ciudad.
Desde una postura política, considero importante visibilizarme como mujer en el espacio público y como ser transformador del entorno; siendo una inspiración para niñas, niños, mujeres y personas en general de crear y participar en los entornos públicos dando paso a la diversidad de los discursos en los espacios públicos.
¿En qué ciudades encontramos tus murales?
En Colombia: En Bogotá, Cali, Popayán, Pereira, El Pedregal, Miranda, Juanchaco, Manizales. En Perú: Lima. En México: CDMX, Puebla, Cholula, Valle de Chalco, Tultitlán, Tultepec, Guadalajara, Acapulco, San Cristóbal de las Casas, San Antonio Eloxochitlán, Ozumba.
IG @dianazue