La bella airosa
Una leyenda popular

Para crear esta pieza, el artista se inspiró en la leyenda de “La Bella Airosa”, como se conoce popularmente a la capital del estado de Hidalgo. En el colorido entramado se perfila una mujer que sopla y ese viento parece dar vida a plantas y animales como serpientes, aves, conejos, armadillos.
Came Moreno, con su peculiar estilo que recuerda algunos patrones del arte y textiles africanos o mexicanos, deja en esta pared un homenaje a su ciudad de residencia, mostrando la riqueza de la fauna y la cultura local.
Una leyenda popular de Pachuca cuenta que una joven muchacha amante de la naturaleza subió al cerro un día y lloraba, preocupada por las carencias de su pueblo. El viento le acariciaba el pelo y secaba sus lágrimas pero cuando tuvo que partir, pidió a la luna que la acompañara. Entonces la Madre Tierra escuchó la conversación y le propuso un trato a la joven: tenía que entregar la bondad de su alma y su belleza para ayudar a su gente. La bondad de su alma se condujo a las entrañas de la Tierra convirtiéndo se en plata y la belleza que la caracterizaba pudo observarse en la luna. Al día siguiente, cuando el viento regresó, no encontró a la muchacha, rugió desesperado y recorrió la población arrasando con lo que encontraba a su paso. Así pues, se cree que el viento en Pachuca sopla con fuerza porque sigue buscando a su amada.
Este es un muro que el artista dedica a la ciudad donde nació, una pieza representativa de sus intereses y su técnica, donde fluyen trazos y color jugando entre lo figurativo y lo abstracto, entre lo terrenal y lo mágico.
Artista:
Came Moreno
(Ciudad de México, 1983) Vive en Pachuca de Soto, Hidalgo. Ha realizado murales en México, Perú, Colombia y Brasil. Trabaja con pintura en distintos formatos desde 2008. Sus composiciones son fluidas y energéticas, llenas de colores vivos y contrastantes. Trabaja con aerosol y acrílicos, detallando los contornos a pincel. Su estética hace pensar en el diseño de textiles típicos y pintura de países africanos. Sus piezas guardan cierta conexión con el lugar o las personas que habitan ahí, con referencias sutiles que juegan entre lo terrenal y lo espiritual.